He extraviado a mi musa en una ociosa
tarde del verano
salimos a pasear sorteando hilillos
verticales de tormenta
para orearnos del sopor inmundo que
inundaba mi alcoba,
pero no la he visto alejarse de mis pasos
ni he escuchado su precoz despedida.
Mimetizada con la fría corteza de la urbe
ha decidido diluir su rastro entre la
gente,
podría burlarse en este mismo instante
del estupor que me rodea tras su extravío
desde cualquier esquina y en cualquier
persona.
Donde sea que transite mi musa está muy
lejos
tal vez en el lugar que le corresponde
pues he fallado en dos simples letras
al haberla llamado mi etérea musa
y encontrarme con una mustia cualquiera,
una vulgar impostora
que engatusa los sentidos y embelesa la
inventiva
con los dotes de su descomunal hermosura,
pero cuando empiezas a vanagloriarla
te vuelve la espalda y no vuelves jamás a
verla,
se lleva consigo todo su furor
para usarlo con otro poeta.
"¡Ja!" Una risa vulgar de sordos
complejos
interrumpe el curso de mi arroyo de
blasfemias,
y me toma por sorpresa en un muladar
exquisito
en el que me despierto frente a una
botella de cerveza oscura
y a mi lado un excéntrico disfraz de
señora galante
de mirada lasciva acompañada de una
extenuante burla
“Otro poeta”
Repite mis palabras con un tufo de
sarcasmo
“¿Has perdido a tu musa, mi amigo?
¿Y estás celoso de que otro poeta
la haga suya entre sus piernas?
No te engañes, iluso embustero.
Si no has podido seducir a una musa de
vedad
es que no eres un verdadero poeta,
eres acaso un malabarista de palabras
que justifica su quebranto con la
confusión de caracteres,
y declara a su única musa por una mustia
cualquiera.
Si tal es el caso, puedes declarar a esta
ramera tu numen,
pues también a una puta de una musa
sólo dos letras la separan,
curiosamente el mismo número que separa
a una puta de un poeta.
Y tú que gustas de calumniar las
discrepancias
¿quién crees que tiene más derecho a la
injuria?
la puta que abre las piernas cada noche
y alquila la más íntima parte de su cuerpo
o el puto poeta que abre su alma en cada
verso
y ofrece por nada
algo mucho más íntimo
que el culo”
Tras un largo e incómodo silencio
y un último trago a la botella de cerveza
reúno el valor y los billetes necesarios
para una réplica adecuada.
"Acepto el trato que propones", respondo
aunque condeno el trato con el que lo
exhibes,
accedo a confundir las letras que te
nombran
para llamarte musa en esta noche,
te ruego seas recíproca y puedas llamarme
poeta;
aunque a la mañana te extravíe
y siga haciendo yo mis malabares
y tú tus puterías,
por ahora remitámonos a las complacencias
hagamos de este muladar
el más elegante de los tálamos
para hacer de ti la musa que haga poesía
con el cuerpo
y de mí el poeta que te extasíe con sus
versos.